¿ POR QUÉ JESÚS TUVO DISCIPULOS ?

Muchos personajes influyentes de la antigüedad - desde rabinos hasta filósofos griegos - tenian sus alumnos o discipulos. Eran aprendices que estudiaban con un maestro admirado, con la esperanza de llegar a ser como él. Por lo general, el alumno buscaba al maestro, pero los Evangelios recalcan que Jesús buscó a sus discipulos, que formaban un grupo muy disparejo y parecian no ser buenos candidatos para ser sus seguidores: pescadores, recaudadores, zelotas, mujeres poseidas por demonios o de un elevado estrato social. Los discipulos de Jesús no eran aprendices ansiosos de asimilar las enseñanzas de la Torá o de otra fuente de conocimientos; fueron emisarios llamados a guardar fidelidad a Jesús, la que los llevó a renunciar a sus ocupaciones y a sus familias. Fueron importantes para Jesús no sólo porque pudieron seguir su obra después de Él, sino porque formaron una comunidad de misioneros que practicaban los valores que Él proclamó. Vivian, trabajaban y comian entre los proscritos, los débiles y los pobres. Se negaban a ayunar como los fariseos o los discipulos de Juan. Viajaron con grandes carencias - sin pan ni dinero - llevando sólo el mensaje de Dios.