MITO BABILÓNICO SOBRE EL DILUVIO

Relatos sobre un diluvio universal se encuentran entre las leyendas de muchos pueblos del mundo. Algunas historias vienen de Mesopotamia, la tierra natal del patriarca Abraham. Se han contado desde siglos antes de que se escribiera el Génesis y contienen sorprendentes similitudes con el relato de Noé. Una versión, que data al menos del segundo milenio a. C., figura en una epopeya acerca de un apuesto héroe llamado Gilgamesh y su búsqueda de vida eterna. De visita en lejanas tierras, Gilgamesh habla con Utnapishtim, que - al igual que Noé - sobrevivió al diluvio. Cuando los dioses babilónicos decidieron destruir a la humanidad, uno de ellos le avisó en secreto a Utnapishtim. Se le dijo que construyera un barco como un cubo gigantesco, calafateado - como el arca de Noé - con alquitrán. Utnapishtim llevó a esa embarcación a su familia, sus riquezas en oro y plata, artesanos, animales domésticos y criaturas salvajes. Al acercarse la terrible tempestad, cerró la compuerta y le ordenó a su marinero mantenerse alerta. Seis dias con sus noches duró la tormenta, que atemorizó incluso a los dioses, pero el séptimo dia el navio se posó sobre una montaña. Afuera " toda la humanidad se habia convertido en barro ". Al igual que Noé, Utnapishtim envió aves a ver si las aguas se habian retirado - una paloma, una golondrina y un cuervo -, las cuales no regresaron. También, como Noé, ofreció un sacrificio, que agradó tanto a los dioses que le concedieron la inmortalidad. El descubrimiento y la publicación de esta parte de la historia de Gilgamesh, en 1872, causó furor por las sorprendentes similitudes con el Génesis. Sin embargo, un estudio más profundo del texto babilónico ha revelado que, aunque la historia de Utnapishtim quizás fue relatada a Noé, es muy diferente. El Génesis muestra a un Dios que impone un castigo a la corrupción y la violencia, y nada tiene de las intrigas entre deidades rivales que sirven de fondo a la versión babilónica del diluvio.