EL PODER DE LA ORACIÓN

Aunque Adán, Eva y Cain hablaban con Dios, no lo hacian en forma de oración. La primera mención que la Biblia hace de una plegaria es cuando Set le pone nombre a su hijo Enós: " Entonces se comenzó a invocar el nombre de Yavé " ( Génesis 4:26 ). Ya que el Dios de la Biblia se relacionaba directamente con las personas, éstas se sentian libres de conversar con Él por medio de la oración. En el Antiguo Testamento, el pueblo buscaba la comunión con Dios por medio de diferentes formas de oración: el culto, la alabanza, la confesión, la petición, la súplica en favor de otros y la acción de gracias. Esas mismas formas las adoptaron los primeros cristianos. La oración al Padre Nuestro como la dijo Jesús no sólo es una guia, sino el resumen de lo que debe ser una oración. De sus seis peticiones, las tres primeras atestiguan la supremacia de Dios; las tres últimas reconocen la necesidad del pueblo de sustento, de perdón y de ser salvado del mal. La más conmovedora de las oraciones es la plegaria de Jesús en Getsemani: " ¡ Abbá, Padre ! Todo te es posible. Aparta de mi este cáliz. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras Tú " ( Marcos 14:36 ).