LA BÚSQUEDA DEL ARCA

Como parte central de uno de los pasajes más famosos de la Biblia, el arca de Noé ha sido objeto de una intensa búsqueda durante siglos. El Génesis dice que " se posó el arca sobre los montes de Ararat " ( Génesis 8:4 ); pero, ¿ dónde se encuentran ? Ararat era el nombre hebreo del reino de Urartu, que se hallaba en el norte de Asiria, hoy conocido como Armenia. El nombre se le da ahora a una montaña con dos picos gemelos en el norte de Turquia, cerca de la frontera de Irán. En el siglo III a. de C. un sacerdote babilónico llamado Berosus escribió que los armenios afirmaban conocer el sitio del barco que se describe en la historia babilónica del diluvio, y que muchos usaban trozos de alquitrán natural como talismanes. En la Era Cristiana, los monjes de un monasterio cercano al monte Ararat mostraron lo que, decian, eran restos del arca. En tiempos recientes los exploradores siguieron buscando pruebas de que el arca yace en esa montaña, estimulados por afirmaciones de hace dos siglos - a menudo reportes de segunda o tercera mano - de personas que aseguran haber visto y tocado la legendaria arca de Noé. Uno de esos reportes vino del archidiácono Nouri, jefe espiscopal de la iglesia nestoriana de Malabar, del sur de India. Afirmaba que escaló el monte Ararat en 1887 y encontró un barco que media más de 300 metros de largo y 30 metros de alto, semicubierto por la nieve. El archidiácono Nouri prometió a sus patrocinadores que rescataria la embarcación y la enviaria a la Exposición Colombina de Chicago en 1893, pero las autoridades turcas bloquearon sus intenciones. En 1955, un industrial francés retirado, Ferdinand Navarra, regresó de la montaña con piezas de madera que encontró en un glaciar a unos 4,300 metros. El color especial y la densidad de la madera persuadieron a algunos expertos a afirmar que los fragmentos podrian tener unos 5,000 años de antigüedad, lo cual se ajustaba a la cronologia biblica. Entusiasmado con su descubrimiento, Navarra publicó sus hallazgos en un libro, La montaña prohibida, pero cuando los cientificos emplearon el carbono 14 para determinar la edad de la madera, encontraron que databa apenas de la Edad Media, muy antigua, pero no lo suficiente para ser del arca de Noé. La búsqueda continúa. Año tras año, los exploradores examinan formaciones rocosas, y buscan madera, siempre con la esperanza de encontrar la elusiva arca.