LAS DOCE TRIBUS

Cuando Dios se apareció a Jacob por segunda vez en Betel, le indicó, como lo habia hecho a Adán y a Noé: " Sé fecundo y multiplicate. Un pueblo, una muchedumbre de naciones, procederá de ti " ( Génesis 35:11 ). Jacob ya se habia multiplicado y tenia doce hijos con sus dos esposas Lia y Raquel, y sus concubinas Zelfa y Bala. Las tradicionales doce tribus de Israel, que siguieron a Moisés en el desierto y que llegaron a Canaán bajo el mando de Josué, son descendientes de esos doce hijos: Rubén, Simeón, Levi, Judá, Isacar y Zabulón ( nacidos de Lia ); José y Benjamin ( de Raquel ); Gad y Aser ( de Zelfa ); y Dan y Neftali ( de Bala ). Algunos estudiosos opinan que las 12 tribus pudieron no estar representadas por los descendientes directos de los hijos de Jacob, sino que eran grupos de clanes que, a su vez, formaron otras familias no emparentadas con aquéllos. En cualquier caso, cada una de las 12 tribus se estableció en una zona especifica dentro de Canaán, según se menciona en el Libro de Josué. Sin embargo, a la tribu de Levi no se le designó territorio y a José se le concedió una doble porción de tierra, la cual fue dividida entre sus dos hijos, Efrain y Manasés. Aunque se habla en general de las 12 tribus de Israel, su número y sus nombres varian en diferentes libros de la Biblia. Por ejemplo, la bendición de Moisés en Deuteronomio 33 omite a Simeón. Y el Libro de los Jueces no menciona a Gad ni a Levi. Las tribus del reino del norte de Israel, las legendarias " diez tribus perdidas ", desaparecieron de la historia después de la caida de Samaria ante los asirios, en el año 721 a. de C. La tribu de Judá, en el sur, junto con partes de las de Simeón, Benjamin y Levi, siguió formando un reino durante más de un siglo antes de ser llevadas al exilio en el 587 a. de C., por Nabucodonosor, rey de Babilonia. La tribu de Judá y sus aliados sobrevivieron al exilio y regresaron medio siglo después. En la actualidad, casi todos los judios dicen tener sus antepasados en las tribus del reino del sur, o sea, el de Judá. La supervivencia de esta porción de las tribus de Israel se atribuye a su apego a las tradiciones religiosas, a su convicción de formar el " pueblo de Dios " y al surgimiento de lideres o profetas que propugnaban la identidad de su linaje.