LA ESTRATEGIA DE LA DEPORTACIÓN

Muchos de los grandes imperios del mundo antiguo empleaban la amenaza del exilio, la deportación o la dispersión para mantener sometidas a las naciones vasallas. Disolviendo a la población entera o expulsando a las clases altas que podian encabezar una rebelión, los emperadores mataban la semilla desafiante antes de que echara raices. En tiempos tan antiguos como el siglo XVIII a. de C., el famoso código de Hammurabi ya habia maldecido a los gobernantes que violaran sus estatutos, al invocar a los dioses a causar " la destrucción de su ciudad, la dispersión de su pueblo... y la desaparición de su nombre y su memoria de la tierra ". Muchos reyes victoriosos dejaron inscripciones en las que se jactaban de sus deportaciones. Un rey jeteo desarraigó a 15,000 personas en un año y a 66,000 en otro. En el siglo XIII a. de C. Ramsés II de Egipto deportó en todas direcciones a poblaciones enteras. Casi en la misma época, Salmanasar I, primer gran rey guerrero de Asiria, expulsó a todos los jóvenes de Urartu a Asiria y desterró a otros 14,000 desde la región media del Éufrates. Desde el siglo IX a. de C., cada rey asirio que peleó en el extranjero utilizó el exilio de las poblaciones derrotadas como uno de los medios para consolidar la victoria. Cuando Teglat-Falasar III capturó una gran porción de Israel en 732 a. de C., fue casi inevitable que " deportara a sus habitantes a Asiria " ( 2ª de Reyes 15:29 ). Once años después, cuando fue capturada Samaria, otras 27,290 personas fueron deportadas, según una inscripción dejada por Sargón II. En su lugar, Sargón asentó a deportados de otros pueblos, entre los que habia árabes, babilonios y sirios. Los reyes de Babilonia que derrotaron al imperio asirio continuaron la tradición, y el rey Nabucodonosor envió al exilio a los judios del reino de Judá, en el sur, en los años 597 y 587 a. de C. Siglos después de estos exilios de tiempos del Antiguo Testamento, se siguieron métodos similares para debilitar y subyugar a los judios. Después de la revuelta de Judea contra Roma, del 66 al 70 d. de C., miles de judios fueron embarcados para trabajar como esclavos o para morir en combates contra gladiadores. Tras el levantamiento encabezado por Simón Bar Cocba, del 132 al 135 d. de C., todos los judios fueron expulsados de Jerusalén y se les prohibió entrar en la ciudad, en la cual se establecieron colonizadores paganos.