RITOS DE LA FERTILIDAD

La fertilidad se tenia en muy alta estima en todo el Medio Oriente, pero en el Pueblo de la Alianza tenia un único origen, el Señor. En el Génesis, Abraham habla de " los hijos que Dios ha dado a tu siervo " ( Génesis 33:5 ). Aunque todos los hijos e hijas eran considerados dones de Dios, en una sociedad patrilineal los hijos varones eran especialmente apreciados. El Salmo 127 ( en la Vulgata 126 ) compara a los hijos con " saetas en manos de un valiente... Feliz el hombre que llenó de ellas su aljaba ". Si una mujer era estéril, su recurso era pedirle a Dios que la librara de esa supuesta maldición que pesaba sobre ella. Sin embargo, abundaban los remedios de la ciencia popular, los que las estériles ponian a prueba. Se pensaba que la mandrágora tenia propiedades que aumentaban el deseo y estimulaban la concepción. Según el Génesis, Lia y Raquel creian en ello, y se disputaron plantas de mandrágora que encontró el hijo de la primera. Pero queda claro que sólo Dios hizo posible que ambas mujeres le dieran hijos a Jacob. En el Cantar de los Cantares, libro atribuido a Salomón, una mujer incita a su amado con la fragancia de las mandrágoras. Los israelis con frecuencia seguian los mitos y rituales de fertilidad de babilonios, cananeos, y otros pueblos antiguos. Algunos reyes de Israel, incluyendo a Salomón, Omri y Ajab, y reyes de Judá, como Roboam, Joram, Ajaz y Manasés, erigieron santuarios a deidades femeninas de la fertilidad. Tal apostasia de esos personajes indignó a profetas como Jeremias, quien reprendia a las mujeres hebreas por hacer ofrendas a la " reina del cielo " ( Jeremias 7:18 ), una diosa extranjera. ( Se han encontrado en excavaciones arqueológicas en Israel varias estatuillas de barro y de piedra de mujeres embarazadas, quizá dedicadas a alguna diosa de la fertilidad ). Las influencias foráneas desafiaron la creencia de que el verdadero donador de la vida era Yavé, el Dios de Israel, cuyas bendiciones no se obtenian con ritos de fertilidad sino con la obediencia ciega de sus leyes. " Si obedeces la voz de Yavé, tu Dios... Bendito será el fruto de tus entrañas, el producto de tu suelo, los partos de tus vacas y las crias de tus ovejas " ( Deuteronomio 28:2 ).