ESTHER SALVA A SU PUEBLO

La historia de Esther está llena de intrigas palaciegas, romance y heroismo. Entre todas las mujeres del reino, el rey Asuero de Persia eligió a Esther para que fuera su reina, sin saber que era judia. Cuando Esther se desposó con el monarca, la opulencia del palacio invernal de Asuero debió haberle parecido decadente, pues ella se habia criado en el piadoso hogar de su primo Mardoqueo. Habia en la corte de Asuero un alto funcionario llamado Amán, quien odiaba a Mardoqueo porque no se inclinaba ante él. Para castigarlo, Amán convenció al rey Asuero de que firmara un decreto que ordenaba la ejecución de todos los judios de Persia. Amán seleccionó el dia de la matanza para el 13 del 12º mes ( marzo ), mediante un sorteo o " pur ". Mardoqueo pidió a Esther que intercediera ante el rey para salvar a su pueblo. Esther, aunque temia por su vida, reveló su origen a Asuero y le rogó que impidiera la matanza de los judios. Airado por el complot fraguado por Amán, el rey ordenó que éste fuera ejecutado en la misma horca que aquél habia preparado para Mardoqueo. El monarca nombró a Mardoqueo gran visir en lugar de Amán. Sin embargo, ni siquiera el rey podia rescindir un decreto real. Mardoqueo emitió a nombre de Asuero una contraorden dando poderes a los judios para defenderse de sus perseguidores. En Susa y en todo el imperio persa, los judios se opusieron a sus enemigos. Entonces la suerte cambió para los judios, y lo que debia ser un dia de amargura y luto se tornó en gozo y salvación. Para celebrar la salvación de su pueblo, la reina Esther hizo que la fecha de la fracasada matanza fuera un dia de fiesta, y lo llamó " Purim, de " pur "... y los judios tomaron la resolución irrevocable, para ellos, sus descendientes y sus prosélitos, de celebrar cada año estos dias... que no serán olvidados por los judios " ( Esther 9:26 ). La victoria de los judios y la valentia de Esther se celebran en la fiesta de Purim. En la tarde y en la mañana del Purim, el rabino lee el megillah, un pergamino que contiene el Libro de Esther. Los que escuchan patean el piso y hacen sonar matracas cada vez que se lee el nombre de Amán. El recuerdo del impio Amán se asocia con la maldad de todos los perseguidores que han tenido los judios a lo largo de la historia.