¿ CÓMO ES EL CIELO ?

Aunque la forma real y las dimensiones del cielo nunca las describen claramente los escritores de la Biblia, hay consenso en que el cielo es el lugar donde habita Dios. Moisés enseña a los israelis a pedirle a Dios: " Mira desde tu santa morada, desde los cielos, y bendice a tu pueblo " ( Deuteronomio 26:15 ). Y Jesús, en el Sermón de la Montaña, se dirige a Dios con las palabras: " Padre Nuestro que estás en los cielos... " ( Mateo 6:9 ). El pueblo de los tiempos biblicos, al igual que los de otras épocas, deseaba saber cómo es el cielo, pero el Antiguo Testamento sólo ofrece fugaces descripciones de un reino celestial que rodea el trono de Dios. En el Éxodo, Moisés y los ancianos de Israel vieron el trono de Dios sobre un " pavimento de zafiro " en el firmamento ( Éxodo 24:10 ). Más espectacular es la visión de Ezequiel: " En el firmamento... sobre sus cabezas, habia una piedra de zafiro en forma de trono " ( Ezequiel 1:26 ). El trono tenia la forma de un carruaje con fulgurantes ruedas, conducido por cuatro querubines. Hay reminiscencias de la visión de Ezequiel en el testimonio de Juan, autor del Apocalipsis. " Habia un trono colocado en el cielo, y sobre el trono Uno sentado. El que estaba sentado tenia el aspecto de una piedra de jaspe y de sadornio; alrededor del trono un arco iris parecido a la esmeralda... Del trono salian relámpagos, voces y truenos; siete lámparas de fuego arden en presencia del trono ( son los siete espiritus de Dios ). Delante del trono hay como un mar de vidrio parecido al cristal " ( Apocalipsis 4:2-6 ). Muchas de las imágenes cristianas del cielo derivan de los pasajes finales del Apocalipsis: " Y la ciudad santa, la Jerusalén nueva, la vi bajar del cielo, de junto a Dios " ( Apocalipsis 21:2 ): una ciudad construida " de oro puro, como el cristal ", cuyas murallas eran de jaspe, los cimientos estaban adornados con piedras preciosas y las puertas estaban hechas de perlas ( Apocalipsis 21:18 ). Alli los benditos comerán del árbol de la vida y Dios " enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte, ni duelo, ni gritos, ni fatiga; porque las cosas primeras han pasado ( Apocalipsis 21:4 )